6.09.2009

He intentado olvidarte,
olvidar tus palabras
los gestos de tu sombra.

Decirte: Fue bello el sueño,
tu presencia tomó forma en la pantalla de mi alma,
tu silueta fue una sombra elegante,
me contaste historias, me cantaste versos de belleza inasible,
sentí tus caricias en la brisa del verano
y tus palabras describían las imágenes secretas del deseo.

Al llegar de la aurora, verduga de ilusiones,
no veía más las sombras, las siluetas, los versos
en complicadas caligrafías, no estaba nuestra ave en los cielos.

Estaban la miseria y la muerte,
los niños rodeados de fantasmas,
a mitad de la calle las aguas del infortunio.
Las moscas sobre los cachorros putrefactos en las esquinas
los hombres enemigos de los hombres
las mujeres golpeadas con o sin velos.

Creí que no existías Layla, que no importabas Noche.

A la salida de un jardín secreto, donde intente olvidarte con más fuerza que nunca,
Khayyam escondía un rubai para salvarme,

Pobre luna de mis noches
volverá como cada noche a buscarme
en el jardín de sueños
y no me encontrará.

Vi entonces detrás de la sombra de tu imagen
la luz que te ilumina
y brillaste en mi pecho como una luna.
Y no pude. Y no quise
olvidarte.

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