6.11.2009

Ashq, en la lengua de Fars, amor, pasion,
fuego divino que eleva las almas.

1 comment:

  1. Anoche soñé.

    Estaba en un edificio grande con fuentes y colmunnas. Era el atardecer y había algunas otras personas.
    De pronto se escuchaba un estruendo que venía de afuera, me acercaba a una puerta y entonces de la tierra salía un volcán gigantesco... lleno de cráteres y lava que corría por venas de senderos, la cúspide cobraba forma de rostro humano y todos sabíamos, al comenzar a escuchar la Al-fátijah que nos encontrábamos frente a Muhammad. Yo no sabía la Al-fátijah de memoria, pero seguía ahi, repitiendo unos nombres y un canto que pudiendo ser ajeno me devolvía con cada sílaba mi voz verdadera, como si ésta hubiera estado perdida o escondida hasta ese momento.

    Ahora mismo veo por la ventana, hace calor en la ciudad de México, la cortina se columpia y yo tengo una rara fiebre desde hace tres días. Por el día mi mente juega con las cosas, por la noche el dolor de cabeza y el frío que la temperatura alta me ocasiona son insoportables. Pienso muchas cosas, escribo hasta sentir los dedos adoloridos, los días se articulan en torno a los momentos en que me levanto de la cama y preparo té.
    Las cosas son muy simples. Tambien mis pensamientos. Ha llegado un punto en que no me detengo cuando siento un nudo adentro, hago un hilo de historias y palabras y conforme jalo ese hilo hacia afuera, el nudo se va desenredando y teje un telar lleno de perlas. Como sucede con Layla, y Nadha, no me pregunto por qué desde hace años esas mujeres llegaron a mi vida, y por qué desde entonces mis actos y mis sentimientos son fieles a sus memorias, que día a día van cobrando forma delante de mí. En verdad el tiempo es capaz de correr en dirección contraria a la que creemos. Tu lo sabes bien. Las premoniciones tambien soplan en dirección contraria al tiempo. No me quiero explicar nada Yakub, nos sé desde un mundo donde sólo se habita el secreto de las palabras sin pronunciarlas, sin principio ni fin. ni orden.

    La fiebre acentúa una nueva compasión que he ido encontrando. No se va ni quisiera que se vaya, la música y los colores son bellísimos, tus aves se fueron por la ventana y dejaron su canto en el vaivén de las cortinas.

    Shukram

    ReplyDelete