8.22.2009

Quien comprende al amor?
Entre mas me ama mas lejos quiero estar,
quizas es mas fuerte la luz de una estrella vista desde la proxima galaxia.
Quien sabe? El tesoro escondido bajo la arena puede ser mas bello
que una puerta de oro en la mezquita.

Mi caravana erra el rumbo a proposito,
mayor es la distancia, mayor es el anhelo.

8.21.2009

Hoy el mensaje es simple.
Solicito un conjuro.
Si fuera un ave te pediria, simplemente,
derritieras la puerta de la jaula.
Si, queremos tocar corazones,
y cuando los toquemos,
Como trocamos el miedo en galope?
El pozo en risa o en cascada?

8.14.2009

Es este un balsamo secreto.
Miel y jazmines, mentas.
Flores que confundiamos con pajaros.
La pasta diluida en mar de tres oceanos.
Alquimia impura, tejido de palabras,
talisman de plata.

Lo lleva una paloma mensajera,
blanca como la noche con tu abrazo.

Envuelto en un papiro, versos
del Al Quran o de Hafiz, quien sabe,
versos que cambian al pasar del viento.

No resiste este balsamo ninguno,
vuelve puentes los muros,
y andan sobre las aguas los profetas.

Lo tomaron Ulises, por error,
y Sinbad, por deseo.

Signos de movimiento lo conforman.
Alas para tus pies
y un papalote para tus amores.
Hay formas hermosas de rasgar un velo.
Sospecho que el canto de esta madrugada era tu aliento
y el ave cortando la brisa tu mirada.
Estas adentro. De mi, de ti,
como saberlo?
el umbral se tambalea bailando en extasis divino,
no esta clara la frontera de la noche
En este mediodia tu cadera que baila
es sentida dentro de la mia.
Sabes? Poco importa, pero en el 922
Husain Al Mansur, mistico,
se desperto gritando Ana al-haqq!
Soy la verdad, Pues sentia a dios en sus entranias.
Los ulemas en cambio lo ejecutaron por afirmar,
peligroso deseo,
que se podia realizar el santo peregrinaje
sin salir de casa.
La seda no proteje ya tu cara de mis besos
la rasgo tu deseo
Excelsa arquera
besas mi corazon sin tocar mi carne.
Y me sabes, como nadie antes.
Yo, perdido en el polvo del camino,
giro como un derviche alrededor de tus ojos
fijos en la ventana de ese antiguo centro del universo.
Tus palabras confiesan que miras lo que miro
que mi peregrinaje no es ya solitario.
Hermosa hada, recubres mi silencio de sortilegios.

Cuando dejo su velo fuera de la puerta
comprendi que era yo al que habian desnudado.

Los secuaces del miedo me persiguen,
buscan el oro y yo busco la dicha,
libro batallas, furioso busco destruir falsos palacios.
Antenoche quise dejarlo todo, ser vagabundo,
ser poca cosa, nomada en harapos
de espada luminosa contra lo oscuro.
Y sabes? Poco importa
pero solo contigo estaria a salvo...

8.09.2009

Muleyya! Mal he escuchado las advertencias de los ancianos,
en verdad son habiles las damas al tejer sus redes!
Mira como me habia embriagado con tus besos,
y luego en la desdicha te tu largo silencio sufri de esa abstinencia
impuesta como carcel por tus magicas artes,
pero bien sabes lo que haces
Has diluido mi furia en una sola gota de tu vino,
no acaso el fugitivo que perdio su ruta en el desierto
podria dar su tesoro por un vaso de agua?
Por tu mirada he dejado mi espada, mi orgullo y mi armadura.
Oh rosa de madrugada, tu perfume me envuelve como un manto
y me cubre del agua de la desilusion.
Eres la nueva celosia frente a mis ojos,
las ciudades mas tenebrosas, construidas por los esclavos del Poderoso Miedo,
descubren su olvidada belleza al filtrar sus luces de hielo en la red de tus conjuros.
Cierto que te beso y me retiro,
y vuelo lejos, mas que cualquier ave,
pero erras al decir que me despido,
a sabiendas de que a mi corazon eres lo que el amuleto a los ninios
que nunca se separan de sus magicas prendas.
Por temor a la idolatria he dejado toda imagen que te represente,
pero este fuego entre nosotros es Allah,
tu construyes un domo de la roca,
yo busco el camino al Paraiso.

8.01.2009

lil-laylat

Podíamos cargar con todo menos con los muros.
Había ciertos vientos, dunas, que eran nuestros palacios.
En las noches fuegos improvisados
iban quemando las historias, los poemas, los cantos.
De vuelta a las ciudades mirábamos azorados las paredes.
Tantas letras grabadas en la piedra, inmóviles, eternas.
Quisimos, a veces, tener también marmoles, rocas para nuestra memoria.
Nuestro Skeikh, en cambio, las robaba.
De cada mezquita, de cada palacio, de cada fuente de abluciones.
Sacaba una piel de cabra, un bambu con la punta afilada por su espada, tinta:
nunca copió frases enteras, aún hoy nuestra tribu ignora El Libro,
tomaba letras, una por una, lentamente
como las brisas que forman montañas con granos de arena.
Aquella noche, recuerdo, en un caravansarai,
tomo el nombre de la noche, Al Laylat, del arco de una puerta.
Su mano no parecía entonces la que empuñaba la espada con fiereza,
volaba como una garza sobre un espejo de agua.
Alargó ciertas lineas, acortó otras,
dobló hacia acá un remate, cambió de lugar un punto...
La Noche entonces se volvió una silueta de mujer,
había perdido la última consonante al tropezarse con un cojín de lana,
Era Layla, la amada, y cada noche llegaba con nosotros a cualquier posada
cualquier palacio, cualquier oasis...
Indistintamente el Skeikh se refería a ella como
su sombra,
su sueño
o
su dueña.