11.21.2009

No dejaré nunca esta casa de luz,
no dejaré nunca esta bendita ciudad,
pues aquí he encontrado a mi amor.
(Mevlana Rumi)

Serás mi patria, dijo
deteniendo su caravana
Y la miró, profunfamente,
bebiendo de sus ojos
como en un fresco pozo en el desierto.
Por la noche
ella incendió el desierto
cuando arriba temblaban de frío dos luceros.
Amar es recordar, respondió ella,
se fueron recorriendo
como quien busca sendas en un mapa de las cordilleras.

De ti salí al mundo como de un puerto a salvo,
y al cruzar mi mirada los desiertos
te sospecho detrás del horizonte
como la puerta del Reino
al final de la ruta de la seda.

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